
Plantas silvestres comestibles: las collejas
Hierba humilde la colleja, que busca el frescor de la sombra de un olivo o almendro para crecer a sus pies o el borde de un camino rural, cuya tierra recoge la humedad de debajo del asfalto o grava. Y no pide nada más. Bueno sí, pide sol, ingrediente que no falta por las tierras de la región mediterránea donde crece.
A pesar de su sencillez goza de una gran variedad de nombres vernáculos o populares, conociéndosela además por: farolillo, guiso, hierba conejina, conejuelas, conejera, conejitos de campo, petardos, cohetes, jarrabuey, farifuelles, tirabeques de la esperanza, truenos y un largo etc. que forma parte de la sabiduría popular de las gentes de las zonas rurales.
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