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El poder curativo de la berenjena

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Originaria de la India y del Sudeste asiático y cultivada desde tiempos antiquísimos en Asia, África y Europa, la berenjena es una hortaliza poco nutritiva, pero en cambio ejerce un importante papel como reguladora del colesterol, colagoga, (estimuladora de la secreción biliar) y discretamente diurética.

En la Antigüedad no fue una planta muy apreciada, pues la llegaron a denominar  «Mala insana» (manzana insana), al parecer porque sus frutos verdes son ligeramente tóxicos y se asemejan a los de otras solanáceas cuyo fruto no es comestible, como la mandrágora (Mandragora autumnalis Bertolini).

Flor de berenjena
Flor de berenjena

El refranero español refrenda este antiguo menosprecio:

«La berenjena para nada es buena», o este otro que dice así, «Una berenjena ni hincha, ni llena».

Nada más lejos de la realidad, pues hoy en día es considerada el «filete» de los vegetarianos y sin duda todos conocemos innumerables formas de cocinarlas: rebozadas, a la plancha, rellenas, al horno, en tortilla, asadas con pimientos para elaborar la tradicional escalivada, en encurtido como las berenjenas de Almagro, en salmuera, o para la elaboración de patés.  Una de las recetas tradicionales que más me fascinan son las «berenjenas a la miel de caña». Muy sencillas de elaborar, sólo tenemos que cortar las berenjenas en rodajitas muy finas, ponerlas con un poco de sal para que suelten el agua, pasarlas por una gachita ligera de harina y agua y freírlas en abundante aceite. Tras lo cual se sacan se ponen sobre papel absorbente y se sirven en el plato con hilos de miel de caña. Una delicia, os lo aseguro.

Berenjenas a la miel de caña
Berenjenas a la miel de caña

Pero no sólo como alimento nos sirve la berenjena sino también como tratamiento de diversos males y dolencias.

La sabiduría popular emplea una parte no comestible, la caperuza pinchosa de la berenjena, para elaborar un remedio natural con el que calmar la inflamación y el dolor de las hemorroides. Se separa del fruto, se corta en tiras y se fríe a fuego suave durante unos cinco minutos en abundante aceite de oliva. A continuación se escurre bien el aceite y se conserva en un frasco de cristal oscuro. Puede aplicarse con una gasita al menos una vez al día hasta que notemos mejoría.

Una cataplasma elaborada con el fruto machacado calmará la piel irritada por el sol. Para calmar los dolores reumáticos, se toma el agua de este fruto machacado y macerado en agua un día completo. Esta cualidad calmante está en consonancia con el significado de su nombre genérico en latín, solanum, que deriva del sustantivo solacium  que significa «alivio, consuelo», y quizás también guarda relación con la forma en que era considerada por la mitología hindú: «Un regalo de los dioses para el pueblo», ya que el consumo de esta hortaliza proporcionaba calma y sosiego y su crecimiento en la India se producía de manera espontánea.

Con la pulpa carbonizada, molida y mezclada con sal marina muy fina o con bicarbonato, podemos fabricar un eficaz polvo dental limpiador y blanqueador de los dientes. Se mezcla a partes iguales el polvo de berenjena y la sal marina y lo aplicamos una o dos veces a la semana para proporcionar una limpieza de dientes más profunda, pero no debemos abusar de su empleo para evitar rayar el esmalte dental. Podemos emplearlo también espolvoreando un poco del polvo de berenjena encima de la pasta dental habitual, lo que nos facilitará su empleo.

7 Comentarios

  1. hola! como seria hacer lo de la pulpa carbonizada? gracias!!

    Responder
    • ¡Hola, hola Giselle!
      Ciertamente yo no lo he hecho, pues hoy por hoy nos venden ya la fibra de coco carbonizada y eso me facilita su uso, pero si quieres hacer de la berenjena, tienes que deshidratar la pulpa, triturarla y tostarla.
      ¡Gracias por estar ahí!

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