Corazón Verde nace hace más de doce años con una idea clara: para generar cambios en la forma de relacionarnos con el entorno natural y sensibilizar a las personas, las actividades que ofrezcamos tienen que conseguir que la persona viva una experiencia diferente, que disfrute, que participe, que se sienta concernida, que se involucre y esto teníamos muy claro que lo podríamos conseguir haciendo educación ambiental «por la puerta de atrás».
Es sencillo, si la experiencia que vivo me gusta, me impacta, me hace pasar un rato agradable, me permite compartir lo que sé, esta experiencia va a dejar una huella en mí que puede que se transforme poco a poco en una forma diferente de ver las cosas.
Y esto es lo que pretendíamos conseguir con este sencillo grupo de actividades medioambientales, en las que los vecinos compartieron lo que sabían de las plantas, recetas, remedios, se sorprendieron al ver las tremendas utilidades que tienen algunas plantas que hasta el momento ellos llamaban «hierbajos» y contra las que aplicaban herbicidas y trabajo físico para eliminarlas.
Y enseguida pasamos a la acción TODOS, mayores, niños, adolescentes, ancianos …todos se pusieron manos a la obra y colaboraron en la elaboración de la crema, en el semillero con vasitos de yogur que se llevaron….y preguntaron, hicieron muchas y fabulosas preguntas que nutrieron la actividad y la hicieron más inolvidable aún si cabe.
Vieron que el árido entorno en el que vivimos, -se trata de una partida rural ubicada en la Comarca del Alacantí, en el Levante-, esconde bellos tesoros botánicos que después de las actividades que realizaron son vistos con otros ojos, es decir, ya no sólo ven la Palmerina, la Malva, la Olivarda, ahora ven con otros ojos, (las miran) y son capaces de entender por qué están ahí esas plantas y para qué es importante que estén.
El último día del programa de actividades, desarrollado en julio del 2012, realizamos una ruta etnobotánica por el entorno y descubrieron todo un mundo nuevo y una forma diferente de interpretar lo que antes ellos llamaban «hierbajos».
Conclusión de los participantes: «ya no arranco más esa hierba» y «desde luego no emplearé más un herbicida».
La actividad consistió en dos talleres y una ruta etnobotánica por la zona en pleno mes de julio, ruta que repetiremos en mayo para que disfruten más de la exuberancia floral de un medio tan árido como es el Levante español.
Lo primero que me propuse es cautivar su atención con una extensa exposición de plantas. Prometo que todas salieron del Ecojardín, en el que ya sabéis que hay una gran diversidad de hierbas y otros seres vivos.
Hola¡¡ ese taller me parece muy interesante para implicar a la población local y ver que ellos también pueden aportar y conocer cosas nuevas.
Lo tenía yo en mente para poder hacerlo y en ello seguiré.
Un abrazo.
Gracias Trini por esta entrada y por el Proyecto que nos enlazas. Me ha parecido muy interesante, exhaustivo y muy bien hecho. Se ve que están muy trabajadas la ruta y las plantas antes de ir con los asistentes.
Ya he visto que has puesto la entrada de la Etnobotánica, pero lo que voy a ir haciendo, si antes no me come la impaciencia y voy a ella corriendo, es ir viendo una a una las entradas y comentarios tal y como se han ido poniendo, así no me pierdo ninguna, porque ya hay bastantes que no he podido ver y «degustar».
Te digo lo mismo que te dije el pasado fin de semana, avísame cuando hagas otra ruta, me encantaría asistir y disfrutar tanto como parece que lo hicísteis vosotros. ¡Qué cantidad de plantas sobre la mesa! Seguro que no conozco muchas de ellas.
Un abrazo y lo dicho, muchas gracias.
Será un placer contar contigo y todos los que podáis venir en mi próxima ruta etnobotánica.
Un abrazo
Creo que el placer será para mi, jajaja.
Un fuerte abrazo también para ti.