La etnobotánica, es una ciencia amable que une pasado y presente, permitiéndonos entender los procesos de cambio en nuestros hábitos y costumbres.
Nace entroncada en la unión del hombre con su entorno natural y especialmente en el uso que se ha hecho de las plantas. Una unión que ha generado saberes y conocimientos que han permitido al hombre aprovechar de manera sostenible los recursos que el medio natural le daba.
Rescatar ese conocimiento al presente es poner en valor nuestros orígenes y la sabiduría de las gentes de pueblos, aldeas y pequeños lugares que han sabido salir adelante empleando las plantas para muy diversos usos: tratar dolencias y enfermedades, comerse muchas de las hierbas silvestres y por lo tanto alimentarse, elaborar tejidos, fabricar utensilios para el hogar y las tareas agrícolas, para brujerías y hechizos y un sinfín de aprovechamientos más.
Recordar estos saberes tradicionales es mi objetivo en este blog, para poner en valor un trocito de la cultura de los pueblos y sus gentes y compartir lo útiles que siguen siendo hoy en día esos conocimientos nacidos de la necesidad y transmitidos de generación en generación.
Mi curiosidad por conocer la forma en la que el hombre se ha relacionado con las plantas a lo largo de la historia la voy satisfaciendo de manera muy sencilla, como hacen los niños cuando quieren saber algo: preguntando. Así en las rutas y actividades que he organizado busco aprender de los participantes y provoco que compartan su sabiduría y experiencia con todos.
Siendo fiel a mi curiosidad, he de confesar que como más disfruto es realizando rutas etnobotánicas por los parajes naturales. Una bella experiencia la vivimos realizando una excursión etnobotánica con un grupo de mis alumnos siguiendo el cauce del Río Verde, en la cola del pantano de Tibi (Alicante). La zona es un verdadero vergel y muy rica en biodiversidad. Una por una íbamos reconociendo las diversas especies y asignándoles los usos tradicionales que conocíamos. De repente, apareció ante nosotros un hermosísimo cardo mariano al que me acerqué para describir sus pinchosas hojas, tocándolas con sumo cuidado: “tened precaución con estos pinchos”, dije, cuando súbitamente apareció una ruda mano que arrancó sin miramientos un par de hojas, a continuación las sostuvo por la base del tallo con una mano, y con la otra, haciendo gala de una gran habilidad y pericia, limpió los tallos pelándolos por el simple método de arrastrar las hojas pinchosas, sin manifestar ni un ápice de molestia en su piel. Una vez hecho esto sin haber mediado palabra hasta entonces, dijo: “tal que así, poníamos estos tallos a hervir y nos los comíamos con un poco de aceite y sal”.
¿Y quién era el que acababa de darnos esta maravillosa lección? Pues era Juan, un pastor ya retirado, con 70 años de experiencias cuerpo a cuerpo con la naturaleza… ¡cuántas cosas he aprendido y seguiré aprendiendo de los que se supone que son mis alumnos!
Necesidad, experiencia, sabiduría, tradición, mito, son algunas de las cualidades de los habitantes del mundo rural que han llegado a nosotros. Descubramos en este legado todo un amplio abanico de posibilidades que nos siguen ofreciendo las plantas, su arraigo en la cultura y la historia de las áreas rurales. Las hortalizas por ejemplo, han servido y sirven hoy en día no sólo de alimento, sino para tratar enfermedades, para elaborar fórmulas de cosmética natural, tintes, entre otras cosas.
En posteriores artículos os contaré «otros usos», que nuestras hortalizas han tenido a lo largo de la historia del hombre. ¡¡Quién sabe si quizás algunos de esos otros usos os pueden ser de utilidad hoy en día como lo fueron para nuestros padres, abuelos, tatarabuelos!! Si es así, mi curiosidad se verá alimentada por vuestro interés y agradecida por ello, seguiré preguntando por doquier a las gentes de pueblos y zonas rurales para aprender de ellos y transmitiros lo aprendido.
y que hay de curativo en el cuales con sus principios activos solo se prepara con aceite y sal. Hay mucha riqueza que dejas en el tintero niña que yo quiero saber mas, sigue contando
Un abrazo
¡Hola Elizabeth! Seguiré contando Ely, seguiré.
Un abrazo!!