«Eres más vago que la verdolaga»
Así es como el refranero español nos ayuda conocer una de las características de esta planta que está relacionada con su forma de crecer, que es, como imaginais, pegada al suelo, rastrera, con tallos decumbentes, levantando apenas unos veinte centímetros algunos de sus tallos. Pero que no nos engañe su porte vegetativo»rastrero» pues ciertamente es una planta muy útil para nuestra salud, alimentación e incluso muy eficaz para desarrollar tratamientos de cosmética natural. Podríamos decir que la verdolaga es un «superalimento», o alimento funcional pero silvestre, de los muchos que nos regala la naturaleza.
Es originaria de la India, Medio Oriente y Sur de Europa, aunque en la actualidad se encuentra distribuída por todo el mundo. Sus hojas y tallos son carnosos, y es propia de campos de cultivo de regadío, así como en márgenes de caminos, sendas o herbazales subnitrófilos.
Su nombre en latín es Portulaca oleracea L. , el nombre del género viene de la palabra latina «portula», que significa «pequeña puerta» haciendo referencia a una especie de tapita en forma de capuchón que tienen las cápsulas que protegen a las semillas. Lo que he observado en esta planta es que la flor se abre con el sol mañanero pero cuando aprieta mucho, es decir, a partir de las 12 hs. del medio día, las flores se cierran, ¡curiosa eficacia de la planta además de contar con hojas y tallos carnosos!
El nombre de la especie «oleracea», viene del latín «olus», que significa hortaliza, haciendo referencia a que se trata de una planta comestible. Se la conoce también como «herbatocinera», pues les encanta comerla a los cerdos.
Así es, para muchos es quizás todavía considerada una «mala hierba», o una «cualisquieri», pero esto puede ser debido a varios motivos. Por desconocimiento de sus virtudes medicinales, culinarias y cosméticas; por cuestiones estéticas en el diseño de jardines o por cuestiones económicas, que llevan a considerar sólo útil aquello que se cultiva y se puede comercializar: Tranquilos que poco a poco la rica verdolaga pasará seguramente a la categoría de «hierba gourmet», como así ha pasado ya con la «rúcola».
Lo cierto es que me sorprendió hace ya muchos años, encontrarme paseando por un mercado ecológico de París, un puesto que vendía infinidad de hierbas del que disfruté un gran rato. Entre las hierbas que vendía ofrecía manojos de verdolaga por 1 €.
La historia nos recuerda sus maravillosas virtudes. Plinio el Viejo ya la mencionaba en su obra «Historia Natural», haciendo referencia a los usos de la raíz de la verdolaga como amuleto para curar una especie de tortícolis, pues la persona afectada llevaba la raíz de la planta colgando del cuello.
La medicina tradicional griega la emplea como remedio para el estreñimiento y para tratar inflamaciones del aparato urinario. Aparece en muchos hallazgos prehistóricos de la antigua Grecia. En la India se le atribuyen importantes propiedades medicinales para tratar problemas del hígado.
Teofrasto, filósofo griego, en el 350 a.de C. , ya mencionaba la verdolaga como una de esas hierbas comestibles de verano.
En la Pénínsula Ibérica la tradición en el uso de esta planta es amplia. Popularmente y en forma de infusión o en cataplasmas se ha empleado para tratar hemorroides inflamadas, picaduras de insectos, abscesos, furúnculos, llagas, diarrea, sangrado post parto y sagrado intestinal, conjuntivitis, quemaduras, pieles irritadas, disentería bacilar, retención de líquidos, como vermífuga (es decir, para eliminar las lombrices intestinales) y para tratar el impétigo (infección en la piel causada por estafilococos o estreptococos), la mastitis (inflamación de los pechos), etc..
Como alimento, desde muy antiguo en España, especialmente en épocas de escasez, se han consumido las hojas y tallos tiernos de la verdolaga como verdura silvestre. Se pueden comer crudos, tienen un ligero sabor salado-acidulado, encurtidos en vinagre como hacemos tradicionalmente con las tápenas, el raïm de pastor y el hinojo marino. Cocida, desprende un mucílago que puede resultar desagradable al comerla, en cambio salteada con otras verduras es una exquisitez.
El licuado de su jugo también podemos consumirlo, como máximo el jugo de 100 grs. al día de las hojas y tallos. O bien incorporar de vez en cuando, un puñado de hojas y tallos tiernos en los batidos verdes que nos tomemos para desayunar.
Sus semillas se han empleado, una vez trituradas para panificarlas mezcladas con otras harinas o incluso solas.
Podemos tomarla también en infusión, tanto la planta fresca como seca, procurando no hervirla para evitar que el ácido oxálico se disuelva en el agua . Y también podemos elaborar una tintura con sus hojas tanto para tomar como para emplearla en usos cosméticos. Más adelante os cuento cómo elaborarla.
Sólo os tengo que hacer una advertencia y es que debido a su alto contenido en ácido oxálico y nitratros por las zonas en las que crece, no es recomendable abusar de su consumo. Está desaconsejado su uso en caso de sufrir litiasis oxálica (cálculos renales).
Y en verano no falta en casa el delicioso encurtido en vinagre de hojas y tallos de verdolaga. Muy fácil de elaborar y un buen acompañamiento de ensaldas y de legumbres u otro tipo de proteína, pues el ácido del encurtido ayuda a la digestión de la proteína.
Para su elaboración simplemente se lavan bien los tallos y hojas de verdolaga, se escaldan en agua caliente un par de minutos y a continuación se meten en un tarro con unos 10 gr. de sal por cada 100 gr. de vedolagas y como líquido agua y vinagre de manzana al 50%. Esperar al menos 20 días antes de consumirlas para que los sabores se integren. Como veis por la foto nosotros estamos consumiendo en el verano del 2022 las que preparamos el pasado verano. ¡Una delicia! ¡Se me hace la boca agua!
¿Qué sabemos hoy que nos aporta el consumo moderado de verdolaga y que corrobora su importancia medicinal a lo largo de la historia?
- Contiene abundante fibra, concretamente un hidrato de carbono conocido como mucílago, que ya conoceréis de otras plantas como el áloe, las semillas de lino, las hojas y flores de malva etc.. Este mucílago le otorga propiedades calmantes, antiinflamatorias, suavizantes y laxantes suaves. Así es que imagino que ya pensáis que puede seros de utilidad en forma, por ejemplo de cataplasma de sus hojas para aplicar sobre una articulación dolorida (atritis, artosis, lumbalgias), y en infusión para un dolor de garganta etc.
- Ácidos grasos esenciales: ácido palmítico, linoleico, oleico y es especialmente rica en ácido alfa linolénico (ALA) u omega 3, muy importante para nuestra alimentación, tiene un potente efecto antiinflamatorio que contraresta el efecto inflamatorio del Omega 6 y es especialmente importante en dietas vegetarianas y sobre todo veganas. Las semillas contienen más cantidad de Omega 3 que la hojas, aunque éstas no se suelen consumir.
- Aporta minerales como potasio, calcio, fósforo, hierro y magnesio (quizás una de las plantas con mayor contenido en este mineral), lo que hace que la verdolaga sea una buena protectora cardiovascular, eficaz para aliviar contracturas, y una buena aliada para controlar la diabetes y la hipertensión arterial.
- Contiene antioxidantes: glutathione, y ácido ascórbico, lo que está haciendo que esta humilde planta se convierta en un importante ingrediente de cremas faciales antiedad y calmante de la piel.
- Bioflavonoides como la liquiritina, responsable de su efecto antiinflamatorio y mitigador de manchas de la piel.
- Vitaminas: contiene A, B1, B2, B3, C, E y siete veces más betacarotenos que la zanahoria.
- Neurotransmisores y neurohormonas como la dopamina y la 1-noradrenalina, lo que hacen de la verdolaga una planta interesante para tratar el estrés, la depresión, pérdida de memoria, etc..
Increíble todas las propiedades medicinales que nos ofrece esta humilde «hierba silvestre», incluso en experimentos in vitro se ha demostrado el efecto citotóxico para ciertos cánceres humanos.
Y no dejo de hablaros de la verdolaga sin proponeros antes dos sencillas fórmulas de fito-cosmética con las que podemos cuidar nuestra piel, para recuperar tersura y también emplear, especialmente la mascarilla, incluso en articulaciones doloridas para bajar la inflamación y calmar el dolor.
1º El extracto de verdolaga, que lo podemos realizar con planta fresca o seca.
Os propongo un extracto hidroglicerinado, que podréis emplear tanto para tomar como para incorporar en vuestras fórmulas de cosmética natural. Emplearemos como excipiente agua destilada y glicerina vegetal. La relación entre ambos componentes será de 30:70, es decir 30 partes de agua y 70 partes de glicerina. Y la relación entre la planta y el excipiente puede ser de 1:3, en caso de emplear planta fresca, y 1:5 en caso de emplear planta seca. Conviene triturar o trocear bastante la planta. Macerar unos 5 días y filtrar, envasando en frasco oscuro y protegiéndolo siempre de la luz. No precisa emplear conservantes puesto que la glicerina se encuentra en el extracto en cantidad superior al 50%.
2º Mascarilla de verdolaga
Muy fácil de elaborar
100 grs. de hojas frescas de verdolaga
20 ml. de aceite de oliva o de coco ecológicos
15 ml. de agua destilada
arcilla verde hasta conseguir hacer una pasta
Su elaboración es muy sencilla. Se trata de triturar la planta o licuarla y mezclarla con todos los demás ingredientes. Aplicarla sobre el rostro o zonas doloridas o inflamadas y tenerla hasta que la arcilla se agriete o como mucho unos 20 minutos. Os aconsejo licuar las hojas de la verdolaga y emplear su jugo pues si lo hacéis como yo, es difícil emplearla como mascarilla dado que el mucílago de la planta dificulta que se pueda extender homogénamente por el rostro. Y si no fijaros en esta fotografía. Una imagen vale más que mil palabras, ¿verdad?
¡Y como el conocimiento se construye entre todos os animo a que compartáis en este artículo vuestra sabiduría o la de vuestros padres o abuelos sobre esta fabulosa y humilde hierba, la verdolaga!
¡Gracias!
Puedo comprarla x internet?
¡Hola Toñi!
Pregunta en herbolarios de tu zona y a tiendas de alimentación a ver si se animan a vender la planta como una verdura más.
¡Abrazos!